lunes, 10 de noviembre de 2008

Mamá, quiero ser escritora

.
No, no fue esa la frase que le dije a mi mamá en mi más tierna infancia, si no la otra, aquella mucho más popular de "mamá, quiero ser artista". Pese a ello, siempre escribí, sin darle demasiada importancia, como algo secundario, accesorio a mis verdaderas aspiraciones, como una especie de terapia, de desdoblamiento de personalidad en el que me permitía sacar a la luz (y sólo para mi misma) mi "yo" más íntimo y personal.
Aun así, cuando imaginaba lo que sería "de mayor", me veía haciendo un trabajo individual, independiente, no sabía muy bien qué (en un tiempo fue el dibujo), pero solitario y creativo.
Tuve algún momento de lucidez, como cuando leí "Confieso que he vivido" de Pablo Neruda, y pensé que ser escritor y llevar esa vida debía ser lo más maravilloso del mundo. Los viajes también me motivaban a coger un cuaderno y desempolvar mi vieja afición, como cuando estuve en Venecia y me pareció que sería un lugar ideal para quedarse y dedicarse a escribir al pie de los canales.
Luego, los focos del escenario me deslumbraron y la vida loca de la farándula unida a mis pocos años me absorbió por completo y me olvidé de Neruda y de Venecia; pero seguía escribiendo y leyendo de forma habitual, igual que comía y dormía, sin que siquiera me diera cuenta de que era una necesidad de la que no podría prescindir nunca.
He dado un largo rodeo para llegar hasta aquí, pero ahora sé donde estoy y lo que quiero. No voy ligera de equipaje, al contrario, vengo cargada de vivencias y de historias que contar, con la ilusión intacta y la fuerza para seguir siempre adelante, sin desfallecer jamás.
Y la pregunta es: ¿Cómo? ¿Cuándo supisteis que teníais que escribir?

12 comentarios:

  1. Lola, yo creo que el proceso es muy parecido en todos los que escribimos. Me recuerdo muy pequeña, cuando ni siquiera sabía coger un bolígrafo, inventando historias. Eran fantasías que quedaban plasmadas en mi cabeza, a modo de papel. Después vino el contacto con los primeros libros, cuentos de niños, que leía y releía cada noche, a cada rato. Más tarde la poesía, la iniciación a la literatura en el colegio, y el soltarte la melena cogiendo papel y bolígrafo y creando, así, sin más, y darte cuenta de que te gusta lo que haces, que disfrutas y que no quieres dejar de hacerlo, es más, que lo necesitas.
    En resumen, que la escritura la llevamos dentro desde bien pequeños y salga más tarde o más temprano, lo que está claro es que tiene que salir.
    Me gusta tu blog. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado tu entrada, si me permites decirlo, para mí, es la más bonita que has escrito.

    Yo supe que quería ser escritora desde que tenía 8 años. Sí, ocho. Me encantaba leer y un día, una profesora me regaló un libro: los hijos del vidriero.

    Desde entonces, supe que quería ser escritora.

    Pero la vida me ha dado muchos palos y hoy, con 25, he podido coger las riendas de mi vida, voy a por todas, y quiero ser escritora porque dentro de mí hay muchas historias que quiero sacar a la luz.

    ResponderEliminar
  3. Yo me he sentido como tú...qué más decir...además comparto contigo estos sueños de papel..

    ResponderEliminar
  4. Siempre me gustó leer, pero nunca pensé en escibir, la verdada. En el cole ya tenía ideas para hacer redacciones que siempre eran originales.

    Empezó a gustarme en el blog, cuando me di cuenta, que milagrosamente, había gente que apreciaba mis tonterías, pillaba mi ironía y se reía con mis mamarraxadas. ¡Un misterio para mi! pero que te va entrando en la sangre y te hace querer escribir más y más...

    En general, encuentro más comprensión y libertad en el blog que en la mayoría de mis conversaciones diarias. Otra cosa es ser "escritor" eso ya me parecen palabras mayores, jajaja

    Bezos

    ResponderEliminar
  5. Hola Maribel, me alegro de que te guste el blog.
    Es verdad que hay veces que los árboles no nos dejan ver el bosque y no nos damos cuenta de que aquello que más nos gusta hacer puede llegar a convertirse en nuestra profesión, o cuando menos, nos puede llenar la vida.

    ResponderEliminar
  6. Hola, Anne, me alegra que te haya gustado la entrada, es lo que siento y tal y como me sale de dentro.
    Como dice Maribel, el gusanillo de escribir se lleva siempre dentro y tiene que salir antes o después.
    Eres muy joven y tienes mucho tiempo por delante para alcanzar tus objetivos. Ánimo.

    ResponderEliminar
  7. Es cierto, Didac. Navegamos desde hace tiempo en el mismo barco.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Bueno, Thiago, el blog es nuestra casa, y el que entra en ella ya sabe lo que se va a encontrar, si se siente a gusto, volverá.
    En nuestras relaciones diarias no siempre podemos elegir con quien compartimos nuestro tiempo y pasa lo que pasa...
    En cuanto a ser escritor...al tiempo, que de aqui a escribir una novela de 600 páginas hay un paso, jejeje.

    ResponderEliminar
  9. Creo que a todos nos han pasado cosas parecidas. Yo conté en mi blog también ese proceso que yo viví, parecido al vuestro. Tendría 10-11 años cuando gané un concurso de cuentos promovido por mi colegio, pero no recuerdo exactamente cuando fue la primera vez que cogí un lápiz o un bolígrafo para escribir algo que saliera de mi imaginación.
    Luego de más mayor me vino la vena poética, que perpetraba unos ripios que daban miedo, je, je. Y por fin, años después, me puse con las novelas.

    Y ahora, después de 2 obras largas he descubierto este mundo de los blogs donde estoy conociendo a gente increible con la que me gusta seguir compartiendo vivencias mientras seguimos escribiendo.

    Un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  10. Pues hijos míos, yo he tenido una vida tan enrevesada que nunca me planteé la idea de escribir, a no ser como fuesen presupuestos, listas de clientes, y cartas comerciales. Pero un día, hace unos siete años algo se prendió en mi cerebro y escribí las primeras cuatro páginas de mi primera novela. A partir de ese día no he dejado de hacerlo.
    Gracias, Lola por traer a colación este tema, me encanta hacer amistades que tengan las mismas inquietudes que yo, pero la escritura, escritura, la que hacemos entre gallos y medianoche es la verdadera, solitaria y sin acompañamiento. Solos con nuestro yo.
    Un beso,
    Blanca

    ResponderEliminar
  11. Es cierto, Armando. Tod@s tenemos una historia parecida.
    Supongo que es algo que está latente y sale a la luz más pronto o más tarde. O nunca...

    ResponderEliminar
  12. Je,je,Blanca. Di que sí, tú a llevar la contraria...
    Pero es curioso lo que cuentas; quien más quien menos arrastramos esa "cruz" desde la más tierna infancia.

    ResponderEliminar

Deja la huella de tu pata.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails