lunes, 30 de marzo de 2009

A las once y media


Se asomó a la ventana, y, como cada noche, él apareció puntual, recortada su silueta bajo la difusa luz de la farola; se detuvo ante el semáforo en rojo y encendió un cigarrillo antes de cruzar. Ella cerró los ojos un instante, hasta que el timbre de la puerta rompió el silencio expectante y acudió presurosa, se atusó el cabello y echó una última ojeada ante el espejo de la entrada a su silueta apenas cubierta por un ligero “picardías”. Se irguió, tomó una profunda bocanada de aire y abrió resuelta. Él sonreía apoyado en el quicio de la puerta, y sus dientes blancos y perfectos resaltaban en la oscuridad, su mirada recorrió lentamente el cuerpo de la mujer y ella se ruborizó como una niña; la besó largamente y ella se estremeció cuando la boca del joven se deslizó por su cuello, él la tomó entre sus brazos y ella entrelazó los suyos en torno a su robusto cuello y se dejó llevar hasta el dormitorio. Sobre la colcha inmaculada del ajuar elaborado por su madre tantos años atrás, ella recorrió el cuerpo musculoso y firme con avidez, saboreando golosa cada centímetro de su piel, y él le correspondió cubriéndola de caricias, transportándola al más bello paraíso imaginable, inundándola con su vigor juvenil. Ella sintió que la sangre se agolpaba en sus sienes y estallaba en mil partículas de placer que se esparcieron por todo su cuerpo dejándola jadeante y exhausta. Cuando recobró el aliento se cubrió con la colcha y sonrió, “hasta mañana, mi amor”, susurró, y se durmió aguardando la noche siguiente, cuando, a eso de las once y media, vería salir de nuevo al guapo camarero del bar de la esquina que, como cada noche, encendería un cigarrillo bajo la luz de la farola y se encaminaría hacia el metro con paso indolente, sin saberse el amante secreto de la encantadora señora que tomaba café en su bar cada mañana.

(Relato original de Lola Mariné publicado en el libro "Tiempo de Recreo").

Me voy a currar, que tengáis un buen día.

viernes, 27 de marzo de 2009

Un pasito más

El miércoles pasado llevé la novela a la Agencia y tuve la oportunidad de conocer a la persona con la que he estado cruzando emails en el último mes, que es tan amable y encantador en persona como me había parecido a través de esta ventanita de bits. Yo estaba tan emocionada que creo que hablé demasiado en lugar de escuchar y aprender en el tiempo en que estuve sentada ante un profesional del medio. La verdad es que me encontraba tan a gusto que me habría pasado toda la tarde charlando con él, pero bastante hizo con recibirme y concederme aquel rato para intercambiar impresiones.
Creo que cogí un autobús para volver a casa, pero en realidad iba en una nube por todas las cosas tan amables que me dijo sobre mi novela.
Sigue sin haber ninguna garantía de nada, pero quedamos en que leería el manuscrito durante la Semana Santa y me diría algo.
He tenido mucha suerte al dar, al primer intento, con esta Agencia y con esta persona en particular, y pase lo que pase siempre le estaré agradecida.

Y para no ser la protagonista absoluta de esta entrada os comento que hay un concurso de relatos breves relacionados con el transporte público, aquí podéis ver las bases del de Barcelona por si os animáis a participar. En Madrid también se hace, podeis encontrar la info en Google.
Animaos, que el metro y el bus dan mucho juego.

Feliz finde para tod@s.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Curso: El traductor editorial


¿Que os creíais? ¿Que esta semana os ibais a librar? Pues no. Todavía faltan unos días para las vacaciones de Semana Santa, jeje.
Bueno, pues a lo nuestro: El pasado lunes el tema era el traductor editorial. La verdad es que pensé que no me interesaría demasiado el asunto porque no creo que nunca me vaya a dedicar a traducir (bastante problema tengo con un sólo idioma). Pero resultó que Joan Trejo, traductor, escritor, filólogo, co-director de la revista literaria Quimera, y profesor de la Universidad Complutense, dio una charla de lo más interesante y amena. Traía la conferencia perfectamente preparada y se le notaban "las tablas" (las de hablar en público, no las de chocolate del estómago, chicas).
Lo más interesante para mí fue darme cuenta de que el traductor no es un mero instrumento que pasa una obra de un idioma a otro, que era lo que yo creía antes, sino que "la recrea", y por tanto tiene que ser un buen lector y un buen escritor. A mi esto me parece un arma de doble filo, porque visto así, el traductor puede mejorar o destrozar una novela...Supongo que se trata de ser lo más fiel posible al original, pero haciéndolo comprensible, en cuanto a giros y expresiones, al idioma final. Como decía Humberto Ecco en un libro en el que habla sobre este tema: "Decir casi lo mismo".
Personalmente prefiero la literatura en español porque sé que estoy leyendo lo que ha escrito el/la aut@r; cuando leo traducciones no puedo estar tan segura de eso. He leído novelas en las que resultaba evidente la "mano negra" de un/a mal traduct@r, pero no es tan obvio cuando mejoran el original.
Para quien pueda interesarle, Joan no reveló lo que cobran los traductores, pero dejó caer que más bien poco (como ocurre, al parecer, con todos los que trabajan en el engranaje editorial).
Bueno, por mi parte creo que empezaré a fijarme en quien es el traductor cuando lea los títulos de crédito de un libro. Es mucho más importante de lo que creía.

domingo, 22 de marzo de 2009

Firmin (de Sam Savage)


Firmin es una rata que, por azar, nace en una librería. El hambre le lleva a comerse los libros, hasta que por curiosidad, o por los distintos sabores que aprecia, o porque es especialmente sensible, empieza a leerlos y deja de devorarlos para convertirse en un auténtico bibliófilo, además es un gran filósofo, y sagaz observador del género humano.
Si algo odia son los espejos; aborrece su propia y repugnante imagen y sueña con tener el aspecto y la elegancia de Fred Astair y bailar con Ginger Roggers, ya que otra de sus pasiones es el cine. A lo largo de su vida ama ciegamente a dos seres humanos: Norman, el dueño de la libreria, y Jerry, un escritor fracasado y borrachuzo.
Su condición de rata le deprime enormemente; a él le gustaría escribir, viajar, amar a una mujer, poder comunicarse con sus amigos humanos...
El libro, de apenas 200 páginas, es una auténtica delicia de principio a fin. Fue publicado por una pequeña editorial americana y el "boca a boca" lo ha convertido en un éxito de ventas. Es la primera novela de Sam Savage, un septuagenario, profesor de filosofía, con un aspecto que no sabría definir si de hippie o mendigo que, con un estilo literario impecable, con humor y ternura, ha sabido transmitirnos las vivencias y los sentimientos de esta entrañable e inteligente rata.
Una lectura muy recomendable.

jueves, 19 de marzo de 2009

Al borde de un ataque de nervios


La Agencia Literaria que os comenté me ha pedido que le envíe un par de capítulos más de la novela. Yo no sé si eso es bueno o malo. Vaya, malo del todo no es, porque no me han dicho "Muchas gracias, sigue intentándolo", pero tampoco estoy segura de que sea del todo bueno; yo pensaba que el siguiente paso sería pedirme el manuscrito completo, por lo que esto me hace pensar que a lo peor no están muy convencidos y quieren ver algo más...Total, que estoy atacaíta perdida, como os podéis imaginar.
Bueno, sólo cabe esperar. Pero en la espera me asaltan mil dudas: estoy segura de que la novela tiene mil fallos de novata, aunque el tema pueda resultar interesante, pero ¿y la estructura? ¿Habré sabido desarrollar bien la historia, definir los personajes?
Y esto me lleva a plantearme una cuestión: ¿Qué le influye más a una editorial a la hora de publicar un libro? ¿La calidad literaria o la historia que se cuenta? A bote pronto se me ocurre que la historia; la gente de la calle quiere que le cuenten algo que le interese, que le emocione, que le entretenga. Después vendrán los eruditos y los bichos raros como nosotros a buscarle los tres pies al gato, pero entre tanto triunfan "cosas" como El Código Da Vinci o Un mundo sin fin, por poner un par de ejemplos.
En fin. En estos momentos más que nunca valoro la labor de los correctores literarios (y espero que la Agencia también y que tenga alguno en plantilla con ganas de devolverme un manuscrito lleno de anotaciones). Yo confío en mi novela, creo que es comercial, actual, que tiene un público. Espero que la Agencia opine lo mismo.
Dudas, dudas, dudas...

lunes, 16 de marzo de 2009

Curso: El corrector editorial


Si llegamos a vérnoslas con el corrector editorial podemos darnos con un canto en los dientes, porque eso significa que hemos firmado un contrato y nuestro libro será publicado una vez superadas todas las fases, que no son pocas.
Josep Lluch, filólogo y corrector de la Editorial Columna, nos ha explicado que en una primera corrección se examina la ortografía, la gramática, el léxico, la sintaxis, y también el estilo y la coherencia desde una cierta distancia. Sin embargo, es un estudio subjetivo, ya que influye el gusto personal en cuanto a la construcción de las frases e incluso en la puntuación o el uso de determinadas palabras. Por lo que al autor lo se le devuelve, son en realidad, sugerencias que puede aceptar o no. Una vez autor y corrector se han puesto de acuerdo y consideran que el manuscrito está en condiciones, el corrector pasa a otra fase en la que lo prepara para maquetar y el proceso sigue adelante.
Antes las editoriales tenían sus propios correctores en plantilla, pero actualmente muchas de ellas recurren a profesionales externos. Según Josep eso no es bueno porque es importante tener en cuenta el estilo personal de la Editorial y lo que ésta quiere.
Y esto es todo por hoy en cuanto al curso.

Como veis, la "Lluna" ha llegado a un acuerdo con el portátil y ha encontrado su sitio. No parece muy traumatizada ¿verdad?.
La que no encuentra lo que quiere en el portátil soy yo:¿Alguien puede decirme cómo narices se pone el guión largo en este trasto?

viernes, 13 de marzo de 2009

La primavera, el misterio de los calcetines desaparecidos en la lavadora, y otras historias


La primavera ya está aquí, y esa certeza me llena de alegría y de ganas de emprender nuevas tareas y hacer planes para los largos y cálidos días que se avecinan. ¿Qué queréis? Soy de agosto, necesito luz y sol para sobrevivir, como las lagartijas. Ahora es cuando empezaré a ponerles los dientes largos a l@s de "secano" contando mis jornadas playeras sin tener que esperar a las vacaciones, como algun@s, jeje...(no soy más mala porque no me entreno).
Y hablando de la primavera os cuento algo que no tiene nada que ver: ayer estuve en la presentación de un libro de La Breu Edicions, os hablé de ellos hace un par de semanas en el post referente al curso. Era la presentación del primer libro de narrativa que editaban, ya que hasta ahora sólo habían tocado poesía. El libro es "La zona", de Serguei Dovlàtov, un autor ruso (como su nombre indica), que va de un campo de concentración desde el punto de vista de un vigilante. La presentación fue muy divertida: una especie de performance en la que se leyeron párrafos del libro en ruso y en catalán, finalizando el acto con un chupito de vodka para tod@s y un mini-recital de canciones rusas que tod@s acompañamos con entusiasmo. Aquel ambiente, distendido y bohemio, me retrotrajo a mis años de "mala vida" en el Madrid de la movida ¡Ay, que tiempos...!
Me alegró comprobar que la sala estaba a tope ¡vamos! que hay mucha gente en Barcelona interesada por la cultura.

El misterio de los calcetines desaparecidos en la lavadora (¿a quién no le ha ocurrido?), viene a colación de esos seguidores que aparecen y desaparecen de los blogs (¿a quien no le ha ocurrido esto también?) en muchos casos, sin haber dicho ni "mu" durante su estancia. Es un misterio que no acierto a explicarme, aunque lo intuyo: ¿será que hay quien se apunta a un blog a modo de escaparate para su propia promoción y cuando desaparece del primer plano se va con la música a otra parte? ¿o quizá sea porque no es visitado ni comentado con la asiduidad que desearía? ¿Hay una especie de guerra sorda y soterrada entre bloggers? En fin...

¡Feliz y primaveral finde para tod@s!

martes, 10 de marzo de 2009

Curso: El lector editorial


La mayoría de nosotr@s tenemos una idea preconcebida sobre los lectores editoriales no exenta de cierta desconfianza y alimentada por algunos tópicos: que si son la primera barrera que impide a nuestra novela llegar al editor, que no leen todo el manuscrito, que se dejan llevar por sus gustos personales, o incluso que pueden plagiar nuestra obra...
En la charla de ayer, Eva Gil, lectora editorial de Columna, disipó muchos de esos temores y nos hizo ver al lector editorial como un colaborador necesario en el engranaje de una editorial, amante de la literatura, y con la mejor disposición ante un manuscrito. Al menos, la imagen que nos transmitió ella fue de honestidad y responsabilidad con su trabajo.
Entrando en materia, el trabajo del lector consiste en elaborar un informe sobre la obra que se le ha encomendado, del que debe hacer una valoración objetiva general y otra más subjetiva.
La objetiva englobaría el género literario, el estilo narrativo, el público potencial, una descripción del tema central, un resumen del argumento y la calidad literaria (ortografía, sintaxis, ritmo narrativo, construcción personajes, argumento,etc).
La valoración personal (subjetiva), se centraría en los referentes literarios, similitudes con otras novelas, la identificación del lector con la historia y los personajes, las emociones que le provoca, si ha disfrutado la lectura...Dicho de otro modo: el editor busca en el lector la reacción "de la calle".
El informe final, pues, debe contener: Resumen del argumento, valoración literaria, valoración personal y valoración comercial.
Aspectos relevantes que tienen en cuenta a la hora de valorar son: Un inicio que capte la atención, lo previsible o sorpresivo del argumento,el mantenimiento de la tensión argumental, el crecimiento de los personajes y un final que esté a la altura.
Como curiosidad deciros que un lector gana de 50 a 80 euros por novela.

Y se acabó la clase por hoy.¡Hala!¡Tod@s al recreo!

domingo, 8 de marzo de 2009

Dia internacional de la mujer trabajadora


Transcribo un articulo de Erick Pescador Albiach:

"Las mujeres también son malas”, éste es el nuevo mensaje. Cuando por fin la sociedad tiene mayor sensibilidad frente a la discriminación que sufren las mujeres, surgen mensajes ambiguos: “Los hombres lo han hecho mal durante años, pero, ¿y las mujeres?”, “las mujeres violentan pero psicológicamente”, “también hay mujeres que maltratan”. Asistimos, muchas veces impasibles, a un neomachismo que pretende ocultarse en mensajes populistas que ponen al mismo nivel las tropelías machistas y las supuestas acciones de las mujeres.
Pongamos el ejemplo reciente de varios periódicos de tirada nacional que colocaban en su web y en el mismo plano la espeluznante historia de un hombre que apuñala a su mujer en el coche y aparca en la puerta de la comisaría para entregarse, y la de una mujer que agredió a su marido (uno de cada 1.000 casos de violencia de género), o la inusual denuncia falsa de una mujer por violación.
Escuchamos el discurso de personas que ante la violencia machista responden con un: “Algo habrá hecho ella”. La responsabilidad de los violentos quedaría repartida en un confortable pero injusto 50% que nos inhibe de tomar partido por las víctimas, las mujeres. Se pretende con ello diluir las responsabilidades de los violentos, negando lo ocurrido, dividiendo salomónicamente las culpas con la víctima y minimizando las consecuencias de las agresiones. De paso se alimenta el arquetipo de mujer malvada, perversa y mentirosa. Hay quienes intentan hacernos creer que las mujeres se merecen todo lo que les suceda y son tan culpables como los hombres.
Se trata de la misma estrategia abusiva y autoexculpatoria de las voces de alarma frente a las supuestas denuncias falsas que podrían derivarse de la aprobación de la ley contra la violencia machista (menos de un 5%, en comparación con el 10-15% de otros de delitos). O si recuerdan, aquel famoso caso de la minifalda donde de nuevo la mujer era culpabilizada por provocar a su violador. O más sutil, la criminalización de las mujeres que abortan olvidando al varón que participó en el embarazo no deseado o no planificado. Afortunadamente, parte de la ciudadanía ya no cae en esas zafias trampas.
El último avance neomachista es el aprovechamiento jurídico del SAP (Síndrome de Alienación Parental), invención de Richard Gardner (1992), nunca reconocida científicamente, que consiste en “la eventual manipulación de niños menores por progenitores custodios para enfrentarlos y ponerlos en contra de los progenitores no-custodios en procesos de separación o divorcio”. Se la identifica como una forma de maltrato a los menores, cuando el auténtico delito se comete al negarles la capacidad para elegir libremente con quién desean vivir, cotidianamente la madre, que es con la que han compartido una mayor proximidad. Casualmente es más utilizado por los hombres que denuncian y denostan a sus “satánicas” ex mujeres, que en muchos casos habían antepuesto denuncia por agresiones, incumplimiento del pago de la pensión y de las visitas acordadas, etc.
Actualmente se revela como necesario hacer un análisis profundo y particularizado de cada litigio de custodia compartida para preservar los derechos de madres y padres y de hijas e hijos. Así evitaríamos la discriminación sexista al otorgar la custodia.
A los varones nos queda un largo camino para convertirnos en padres responsables, presentes y protectores. Todo mi apoyo a los padres que se atreven a pedir la custodia total de su progenie, teniendo en cuenta que pocos o ninguno lo hacen así en un proceso judicial. Acabemos primero con el apoyo social al modelo de padre tradicional, habitualmente ausente, otras veces agresor e incluso en muchas ocasiones presente físicamente pero sin implicación emocional en la educación, la crianza y el cuidado.
La educación en igualdad es la única vía ética para evitar este tipo de abusos. En las escuelas ya hemos comenzado con este proceso de generar alternativas de paz en la paternidad y la maternidad. Se trata de construir nuevas formas de familia y pareja en las que quepa otro tipo de hombre más presente en la crianza de sus hijas e hijos."

Erick Pescador Albiach es sociólogo y sexólogo. Especialista en género, masculinidades y prevención de violencia

sábado, 7 de marzo de 2009

Sobre el cuento, por Mary Flannery O'Connor


"Siempre he oído decir que el cuento es uno de los géneros literarios más difíciles; y siempre he tratado de descubrir por qué la gente tiene tal impresión respecto de lo que considero una de las formas más naturales y básicas de la expresión humana.

Aún me inclino a pensar que la mayor parte de la gente posee una cierta capacidad innata para contar historias; capacidad que suele perderse, sin embargo, en el camino. Por supuesto, la capacidad de crear vida con palabras es esencialmente un don. Si uno lo posee desde el inicio, podrá desarrollarlo; pero si uno carece de él, mejor será que se dedique a otra cosa.

Un cuento es una acción dramática completa, y en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el significado de la historia. Por mi parte prefiero decir que un cuento es un acontecimiento dramático que implica a una persona que comparte con nosotros una condición humana general y que se halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana.

En la escritura de ficción, salvo en muy contadas ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.

Un buen cuento no puede ser reducido, sólo puede ser expandido. Un cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno."

Mary Flannery O'Connor (1925–1964) fue una narradora estadounidense, conocida, como William Faulkner, por su tratamiento especial de las temáticas del sur norteamericano. Se destacó sobre todo por sus cuentos.


¡Que tengais un buen finde!

martes, 3 de marzo de 2009

El curso, el portátil y la gata


La jornada de ayer del Curso de Creación y Edición de Libros trató sobre las editoriales independientes.
Esther Andorrá es una de las editoras de La Breu Edicions, una pequeña editorial sin ánimo de lucro que hasta ahora publicaba sólo poesía pero que acaba de presentar su primer título de narrativa.
Lo más curioso (y lo más romántico) de esta pequeña editorial es que todos sus miembros viven de otros trabajos y se dedican a esta actividad en su tiempo libre. Publican un par de libros al año y sacan pequeñas tiradas que se reeditan si es necesario. Como todas las editoriales, reciben muchos manuscritos, y su agenda está completa hasta el 2012...Otro aspecto bonito de ésta editorial es que organizan recitales con los autores que leen su propia obra en público; como decía Esther: quieren que sus libros estén vivos.
Me gustó mucho percibir, tanto en las palabras como en la cara de Esther, su ilusión y su amor a la literatura.

En otro orden de cosas, deciros que empiezo a ser feliz con mi portátil; tuve que llevarlo a la tienda y resultó que estaba configurado en otro idioma, por eso no tenía Ñ (lo que no he entendido es lo de los acentos y otros signos de puntación...). Resuelto el problema, ya me voy haciendo con él, y es un gustazo escribir medio tumbada en el sofá o ver pelis en la cama.
Eso sí, como nada es perfecto ha surgido un pequeño contencioso entre el portátil y mi gata que compiten por mi regazo, sitio favorito de la Lluna en cuanto me siento; es difícil hacerle comprender que ahora debe situarse detrás del ordenador, es decir, a mis pies, porque a la inversa no me alcanzan ni la vista ni los brazos.
Besitos para tod@s.

domingo, 1 de marzo de 2009

Adiós a Pepe Rubianes


Acabo de enterarme del fallecimiento de Pepe Rubianes, un actor muy querido en Cataluña donde cosechó grandes éxitos en teatro con sus irónicos monólogos, y que se hizo popular a nivel nacional, con la serie de televisión "Makinavaja".
Gallego de nacimiento y catalán de adopción, empezó su carrera profesional allá por los años 70 con grupos como Dagoll Dagom y Els Joglars.
Hombre polémico, provocador, politicamente incorrecto y sin pelos en la lengua, tuvo más de un problema por sus declaraciones públicas. Era el típico "canalla simpático" que, o te caía bien o te repateaba; a mi me divertían mucho su humor inteligente y su osadía.
En el mes de abril del pasado año tuvo que suspender las representaciones de "La sonrisa etíope" en un teatro de Barcelona, al serle detectado un cáncer de pulmón que, finalmente, ha acabado con su vida.
Tenía sesenta y un años, y de lo que no cabe duda es de que era un personaje único en su estilo e irrepetible, como han dicho algunos de los que le conocieron.

Sirvan estas lineas como pequeño homenaje.

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