lunes, 21 de diciembre de 2015

¡Hasta el año que viene!

Mañana salgo de viaje para Tailandia, así que no estaré por aquí estos días para desearos feliz navidad y próspero año nuevo y todas esas cosas.

A la vuelta ya os contaré cómo ha ido mi nuevo "viaje literario" (cualquier excusa es buena para viajar, jeje). Pero no pienso escribir un libro. Es un viaje turístico y ya hay por ahí muchas guías y experiencias viajeras, aunque nunca se sabe qué pueden inspirar las vivencias de un viaje, seguro que cuando menos, harán un "cameo" en alguna novela ;)

Este viaje puedo permitírmelo gracias a las ventas de mis libros, que este año, entre quedar finalista con El caparazón de la tortuga en el Concurso de Escritores Indie de Amazon, y las traducciones al inglés y al alemán de Habana Jazz Club, me han reportado beneficios inesperados y nunca logrados con anterioridad (dicho sea de paso). Ahora la cosa ya se ha calmado, pero el viaje no me lo quita nadie.

Nepal, cerca de las estrellas ha mantenido su protagonismo por segundo año consecutivo, con
buenas ventas y muchas presentaciones, por lo que puedo decir que el 2015 ha sido un año estupendo para mí, y espero que en el 2016 siga la racha. Despedir un año y estrenar otro en Bangkok tiene que ser presagio de muchas cosas buenas.

A la vuelta me espera mucho trabajo: preparar las presentaciones de El caparazón de la tortuga en edición impresa y trabajar en mi nueva novela de la que ya tengo el primer borrador. Seguro que vendré con las pilas cargadas y nuevas ideas. Viajar, además de llenarnos de energía, nos ayuda a tomar perspectiva y amplía nuestra mente y nuestra visión del mundo.


Os deseo a todos unas muy felices fiestas y que en el próximo año se cumplan todos vuestros deseos.
¡Nos vemos después de Reyes!


domingo, 13 de diciembre de 2015

Feisbulandia, ¿un mundo feliz?

Sé que algunos de los más fieles seguidores de este blog se resisten de forma empecinada a entrar en el mundo de Facebook, y probablemente hacen bien. Otros, sucumbimos hace tiempo. Yo lo hice por consejo de algún compañero cuando se publicó mi primera novela, Nunca fuimos a Katmandú, y estoy segura de que FB contribuyó de forma notable al éxito que obtuvo el libro.

Para los escritores FB es un enorme escaparate que nos da la posibilidad de llegar a rincones inimaginables, nos permite interaccionar entre nosotros y  nos acerca a los lectores, que es lo más importante.

Pero con el tiempo te das cuenta de que FB se acaba convirtiendo en un patio de vecinos en el todos acabamos conociéndonos, cada quién con sus  filias y  sus fobias, algunos con intereses creados, con falsas palmaditas en la espalda (el famoso "me gusta").Todos exhibimos nuestra mejor sonrisa, nuestros éxitos, nuestra felicidad, que para eso estamos en  Feisbulandia, y como si de un acuerdo tácito se tratase, guardamos los trapos sucios en casa, o lo que es peor: los sacamos en petit comité y ponemos verde a la vecina que nunca se enterará de por qué de repente fulanita la mira mal o ya no le habla, y no tendrá  oportunidad de defenderse; o vendemos nuestras penas, somos las más buenas y generosas para ganarnos la compasión y el favor del grupito que nos interesa, pero nunca mostramos nuestra verdadera cara en público porque eso no es popular ni políticamente correcto.

Sin embargo, FB también tiene cosas buenas. Personalmente me ha permitido reencontrar amigos, hacer otros nuevos y conectar con los lectores que son los que me animan día a día a seguir escribiendo.

En fin, que estoy con gripe y la moral baja. Y no sé si alguien tenía que decirlo, pero yo me moría de ganas de hacerlo.

¡Feliz semana!


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