jueves, 21 de abril de 2016

Sant Jordi/Dia del Libro 2016


Un año más, y ya van seis, que tengo la suerte de vivir Sant Jordi desde el otro lado de la barrera, es decir, del lado de los escritores. Todavía recuerdo cuando  paseaba por la ciudad en este día tan especial observando con envidia (sana) a los autores que firmaban en las distintas casetas y soñando con estar algún día entre ellos. Y como los sueños se cumplen si los perseguimos con afán, ahí estoy un año tras otro y espero que siga siendo así por mucho tiempo.

2011, Nunca fuimos a Katmandú

Mi primer Sant Jordi (2011), en el que presentaba Nunca fuimos a Katmandú, cayó en plena Semana Santa, por lo que ni libreros ni escritores estaban demasiado contentos, ya que mucha gente se había ido de vacaciones y la ciudad estaba plagada de turistas que alucinaban con el despliegue floral y literario sin entender nada. Pero yo me sentía feliz, y como sucede cuando llueve en las bodas, aquello solo podía ser presagio de años mejores.

Y así fue. El año siguiente (2012) me harté de firmar Nunca fuimos a Katmandú y Gatos por los tejados, mi libro de relatos recién nacido, en la emblemática librería Les Punxes,  tristemente desaparecida, como tantas otras.

En la librería Les Punxes







En 2013, recién llegada de Nepal, le tocó el turno a Habana Jazz Club, también en Les Punxes.




En el 2014 fue la presentación oficial de Nepal cerca de las estrellas en el stand de mi editorial, Parnass Ediciones, en plena Rambla de Catalunya, y fue una auténtica locura. Ese año hice doblete y por la tarde me fui a la Plaça Joanic a firmar en el stand de la librería Espai Literari donde tuvieron cabida todos mis libros hasta ese momento.

Con mi hijo Álvaro en Rambla Catalunya

En 2015 repetí con Nepal cerca de las estrellas en Rambla de Catalunya y también hice doblete para estar un rato en la librería La Font de Mimir.



Y llegamos al 2016 en el que también me encontraréis en La Font de Mimir con El caparazón de la tortuga, mi nuevo retoño. La semana que viene os contaré qué tal ha ido. De momento esperemos que haga buen tiempo (hoy nos hemos levantado con lluvia en Barcelona) y que sean muchos los amigos que se acerquen a celebrar esta preciosa fiesta conmigo, aunque El caparazón de la tortuga ya tenga un largo y exitoso recorrido a sus espaldas desde que se publicó en Julio de 2015.








Pues eso. Feliz Sant Jordi/Día del Libro para tod@s y que lo disfrutéis mucho allá donde estéis.

jueves, 14 de abril de 2016

Simone de Beauvoir, a los 30 años de su muerte


Hoy, 14 de abril, se cumplen 30 años de la muerte de Simone de Beauvoir. Escritora, profesora y filósofa francesa, galardonada con el Premio Goncourt en 1954 y compañera durante toda su vida del también filósofo Jean-Paul Sartre (desde que se conocieran estudiando filosofía en la Universidad de la Sorbona),  aunque nunca quisieron casarse y ambos mantuvieron relaciones amorosas fuera de la pareja con el consentimiento del otro. Simone tuvo relaciones con varias mujeres a lo largo de su vida.


Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre


Quizá su obra más célebre sea El segundo sexo, un ensayo en el que, desde una perspectiva existencialista, reflexiona sobre el hecho de ser mujer: "lo que entendemos por mujer (coqueta, cariñosa, etc.) es un producto cultural construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad desde sus propios criterios. Muchas de las características de las mujeres no son genéticas, sino consecuencia de la educación y  la socialización. No se nace mujer: se llega a serlo".



Esta obra, escrita en 1949, fue un rotundo éxito y convirtió a su autora  en precursora del feminismo, considerándose todavía hoy una de las obras más relevantes del sigo XX sobre el tema.



Cuando la descubrí, hace ya muchos años, me convertí en fan absoluta, tanto de su obra como de su persona, y me leí seguidas varias de sus novelas: La mujer rota, Una muerte muy dulce, La invitada, La sangre de los otros. Todavía conservo algunos de esos títulos en mi biblioteca y os los recomiendo.


En estos días, el Instituto  Francés de Barcelona le ha rendido homenaje a través de una exposición, conferencias, películas y representaciones teatrales en torno a su persona que finalizan hoy.

Simone de Beauvoir: "J'accepte la grande aventure d'etre moi". "Acepto la gran aventura de ser yo". Una escritora intemporal a tener en cuenta.








sábado, 2 de abril de 2016

Piratear es robar, así de simple

Oigo en las noticias que el 80% de los contenidos culturales de Internet son pirateados, o sea, que son robados a personas que trabajan con la legítima pretensión, como todo hijo de vecino, de ganarse la vida con el sudor de su frente.

¿Qué les parecería a esos ladrones, que probablemente también trabajan y cobran una nómina, que alguien les asaltara a las  puertas del banco y se apoderara sin más de los beneficios obtenidos con su esfuerzo?
¿Y si fuésemos a un restaurante y después de comer abandonásemos el local sin pagar la cuenta? ¿O pretendiéramos entrar al cine o al teatro sin pasar por taquilla?

No solo nos parecería mal sino también absurdo ¿verdad?. Todos sabemos que el trabajo y los servicios deben pagarse, que tienen un coste y que hay personas que viven de ello honradamente.

Los piratas justifican sus acciones aduciendo, entre otras razones, que:
1- Ya pagan la conexión a Internet (?), yo también la pago.
2- Piratear es fácil. (Igual de fácil que clicar en una página de pago).
3- El precio de los productos es caro. (¿Pagar 3€ por un libro es caro? ¿Cuánto cuesta una cerveza?)

Y hay infinidad de justificaciones más, a cual menos convincente, que se podrían rebatir una por una.

Lo cierto es que piratear no está mal visto, al contrario, eres listo si no pagas por lo que quieres y si lo haces eres tonto. Arrancarle el bolso en la calle a una anciana o robarle la cartera a un transeúnte ya está más feo, ¿no? Pues es lo mismo, tanto lo uno como lo otro es robar, así de simple.

Las páginas piratas roban el trabajo de otros y se lucran de él sin que el autor obtenga ningún beneficio y además pierde la oportunidad de obtenerlo con ventas legales.

Recibo a diario avisos de Google que me informan de páginas en las que se ofrecen mis libros gratis. Yo no he decidido regalar mi trabajo, no tienen mi permiso, me están robando. Y el usuario que se descarga esos libros gratis es cómplice de ese acto delictivo y un ladrón a su vez.
Soy una trabajadora como cualquier otra y tengo facturas que pagar. ¿No tengo derecho a vivir de mi trabajo como todo el mundo?

Sé que esta entrada puede ser polémica y  puedo crearme enemigos. Bueno, no me importa mucho si los lectores piratas dejan de leer mis libros; me importan mucho más los que valoran mi trabajo y mi esfuerzo y me lo demuestran pagando un precio justo para que pueda seguir escribiendo.

Lo único que pretendo es que reflexionemos un poco al respecto y esperemos que tome medidas quien deba de hacerlo para proteger la Cultura y a sus creadores.


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