jueves, 30 de enero de 2020

Escribir como terapia

¿Quién no ha escrito un diario en algún momento de su vida? ¿O tal vez un poema? Es algo instintivo, una necesidad de expresarse, de comprenderse a uno mismo. No hace falta ser escritor para coger un cuaderno y un bolígrafo y plasmar sobre la hoja en blanco nuestros pensamientos y sentimientos desterrando el temor de ser juzgados, nadie va a leer lo que escribimos, incluso podemos romper el escrito una vez haya cumplido su función terapéutica. Aunque también es posible que queramos guardarlo y releerlo pasado un tiempo. Eso nos puede ayudar a comprobar si hemos evolucionado, si hemos resuelto un problema o si vamos en buena dirección.

Los pensamientos se agolpan en nuestra mente, se pisan, se enredan, nunca se detienen. Ponerlos sobre el papel nos obliga a ordenarlos y ese simple acto nos ayuda a clarificarlos, a darnos cuenta de lo que nos ocurre. A veces, incluso encontramos la solución a un problema que se manifiesta claramente en ese dejarnos fluir. Y, cuando menos, el mero hecho de escribir, de sacar de nuestro interior lo que nos atormenta, lo que nos preocupa, nos sirve de desahogo, nos ayuda a aligerar esa carga, a lo mejor incluso a desprendernos de ella.

Al atrapar ese pensamiento volátil y plasmarlo en el papel le damos una entidad física, deja de  ser
algo abstracto y podemos trabajar con ello,  ser conscientes de lo que nos ocurre y buscar la mejor solución.

Decía Vargas Llosa que escribía para liberar sus demonios internos; muchos empezamos a escribir por eso, o porque no nos gusta la realidad que nos rodea. Dicen que los escritores somos algo neuróticos  y por eso nos dedicamos a crear otros mundos, a inventar historias en las que damos salida a nuestros "fantasmas" personales. En una novela podemos decir, por boca de un personaje, aquello que no nos atrevimos a decir nunca, podemos incluso matar sin consecuencias ni derramar  una gota de sangre, podemos hacer realidad nuestros sueños más improbables.

Cualquiera puede hacer lo mismo sin necesidad de ser escritor y obtener los mismos beneficios.

Escribid y os sentiréis mejor. Además, es una terapia muy económica.

viernes, 3 de enero de 2020

2020. Suma y sigue

El mar, serenidad y calma


Hasta ahora no he tenido mucho tiempo de pararme a reflexionar sobre cómo ha sido mi 2019 y lo que espero del 2020.


Como decía un amigo, por más que cambiemos de año, de década y que el número sea bonito (2020), no deja de tratarse de un "suma y sigue". Los años no son buenos ni malos, solo son formas de acotar, de organizar nuestro tiempo y tener una cierta noción de su devenir, que puede coincidir con etapas mejores o peores de nuestra existencia.


Perito Moreno (Argentina)




Sin embargo, también creo que el inicio y el final de cada año marcan un punto de inflexión y nos invitan a detenernos y reflexionar sobre nuestra vida, sobre cómo la estamos llevando, si debemos cambiar algo o vamos por el buen camino (balance), sobre cómo planificar nuestros pasos hacia la meta a la que deseamos llegar (los propósitos). No hay nada de mágico en un año u otro. Al final lo único que cuenta es lo que hacemos y sus consecuencias, sin dejar de lado circunstancias ajenas a nuestra voluntad, claro está, pero lo que importa es la manera en que las afrontamos.

Nuevo libro publicado





En general tengo la sensación de que mi 2019 no ha estado mal. Lo empecé viajando (Italia), lo he terminado viajando (Francia) y por medio he conseguido realizar uno de mis viajes más largamente soñados: Argentina. 
He publicado dos libros: uno colectivo, Siete, y otro de viajes, precisamente: Mis viajes por el mundo en un puñado de páginas. Mis dos grandes pasiones se han visto satisfechas.


En el terreno personal ha habido alguna persona que ha salido de mi vida, probablemente porque no me aportaba nada (ni yo a ella), y ha habido quien ha entrado y espero que se quede mucho tiempo, pero eso ya se verá.

Presentación de 7Siete





Anímicamente me siento bien, tranquila, razonablemente feliz.


Por eso no hay propósitos nuevos ni tengo nada que pedirle al bonito 2020 (ya voy al gimnasio, no fumo, como sano, escribo, viajo... :) ). 


Tengo una novela terminada que se publicará este año, proyectos de viajes y ganas de seguir disfrutando de la vida. ¿Qué más puedo pedir? Solo quiero más de lo mismo. 


En Albí (Midi-Francés)





Mis mejores deseos para todos los que se pasan por aquí.
¡Feliz 2020!








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