domingo, 30 de octubre de 2011

Cuento de otoño

Esta semana he llevado un par de talleres de Animación a la Escritura Creativa en la Escuela de Adultos del Centre Civic Besos de Barcelona.
Se trataba de dar unas mínimas nociones sobre el relato y escribir algo relacionado con el otoño, la castanyada o el dia de difuntos, que es lo que toca en estas fechas.
El resultado fue muy interesante.
Para ilustrar lo que quería que hicieran los alumnos escribí este pequeño relato:


UN AROMA FAMILIAR, ANTIGUO

 “La noche será fría”, se dijo Manuel, mientras se dirigía al rincón del parque que, con apenas unos cartones, había convertido en su hogar. Casi sin darse cuenta, se detuvo ante un puesto de castañas; el chisporroteo del fuego y el olor del fruto seco asándose lentamente, lo transportaron a su infancia, a su pueblo, al repicar de campanas en la noche de difuntos y a las veladas en familia, en torno a una mesa bien provista de boniatos, castañas, panallets y moscatel con el que solo le dejaban mojarse los labios.

¿Qué había ocurrido desde entonces? ¿En qué momento perdió el rumbo? Ni siquiera era capaz de recordarlo.

‑Tenga, buen hombre.

Volvió al presente. La castañera le tendía un cucurucho humeante. Lo tomó con prontitud y musitó un tímido “gracias”.
Prosiguió su camino con aquel pequeño tesoro que calentaba sus manos, sintiendo el aroma familiar, antiguo, penetrando en su nariz, reconfortando su alma. Sonrió, hacía mucho tiempo que no sonreía.

¡Feliz semana!


sábado, 22 de octubre de 2011

Escribir en España es llorar

Lo dijo Mariano José de Larra hace más de doscientos años, aún cuando a él, no le iba precisamente mal escribiendo, pero en su vida privada era un triste y acabó pegándose un tiro a los 27 años.

Ahora, con los tiempos que corren, escribir sí es llorar. Si no escribir, puesto que si lo hacemos es porque nos gusta, sí lo es publicar, y si logramos publicar lo triste es lo  efímera que es la vida de nuestros libros en las estanterías de las librerías, el poco apoyo de las editoriales, que en la mayoría de los casos se limita a imprimir y distribuir la novela, y los adelantos que nos pagan, cada vez menores (si es que pagan alguno).

Pero todo esto, aunque no lo creáis, es una visión muy optimista del panorama editorial, porque ahora, además, las editoriales se lo piensan dos, tres, y hasta cuatro veces para publicar un nuevo título. El año pasado, sin ir más lejos, había montones de presentaciones de libros todos los días, este año hay bastantes menos. Y publicar una primera novela ya no es lo más difícil, es igual de difícil publicar la segunda, la tercera o la que sea.

En fin, ya veis que hoy no estoy muy animada, pero ya se me pasará.

Para cambiar un poco el tono sombrío de este post os dejo una estupenda entrevista que me hicieron en la radio la semana pasada, y os cuento que el Taller de Escritura Creativa va muy bien,  y que el próximo viernes hago una nueva presentación de Nunca fuimos a Katmandú en una biblioteca de Barcelona.

Tengo mucho trabajo, no me puedo quejar, pero mi segunda novela está tardando en salir adelante más de lo que esperaba y eso me tiene un tanto ansiosa. Espero poder daros pronto una buena noticia.

Feliz semana

domingo, 16 de octubre de 2011

Otoño

Aunque este año el otoño se está haciendo el remolón, hoy tenemos un día típicamente otoñal: sol y nubes compiten por adueñarse del cielo, el aire es fresco, y el ánimo se debate entre esa ambivalencia propia de la estación: melancolía, nostalgia, la intimidad y la calidez recuperadas tras las ventanas cerradas...

Hoy, con cierto rubor, os traigo el poema de una adolescente inquieta, inocente (no como las de ahora...), navegando un poco a la deriva, intentando comprender el mundo en el que le había tocado vivir. A lo mejor la conocéis...

El poema, cómo no, se titula: Otoño

Te quiero otoño,
te quiero porque eres triste,
por tu compañía silenciosa,
porque como cada año, viniste.
Te quiero otoño,
te quiero por ser poeta,
porque nuestra es la noche
y el cielo, y las hojas secas.
Te quiero otoño,
porque eres fiel compañero
de mis noches silenciosas,
porque comprendes mis prosas.
Te quiero otoño,
te quiero por ser poeta,
te quiero porque eres triste,
te quiero...porque viniste.

Comprenderéis que finalmente me haya decantado por la prosa...

¡Feliz semana!

lunes, 10 de octubre de 2011

Tres años de blog

Y parece que fue ayer cuando escribí, tímidamente,  aquel primer post dedicado a la memoria del irrepetible Paul Newman, que acababa de dejarnos sin el brillo insolente de su mirada azul.

Desde entonces, han cambiado muchas cosas en mi vida, todas para mejor. La mayor parte de los sueños, que casi no me atrevía ni  a soñar, se han hecho realidad y he podido compartirlos con vosotros: soñaba con publicar la novela que acababa de terminar y con ser una escritora a tiempo completo, y lo he conseguido. Mi primera novela, Nunca fuimos a Katmandú, se publicó hace un año y  sigue viva y presente en las librerías, y yo sigo luchando por ella. De hecho, tengo varias presentaciones,  programas de radio y actividades pendientes que ya os iré contando.

Pero como de escribir novelas no se vive, tenía claro que quería hacer cosas relacionadas con la escritura para sobrevivir, y a estas alturas, me falta tiempo para todo: imparto un taller de escritura creativa, colaboro con mi agencia como lectora, realizo varias actividades en asociaciones de las que formo parte y tengo mil proyectos más que, visto lo visto, estoy convencida de que saldrán adelante.

No me queda mucho tiempo para el blog, aunque parece que a muchos de los amigos que se asomaban hace tiempo por aquí, tampoco. Cambian los intereses o cambian las querencias, o ambas cosas. Otros seguís aquí (y os lo agradezco), y también hay gente nueva.
Me gusta mantener este rinconcito y ese contacto, y espero seguir haciéndolo por mucho tiempo y que sigáis ahí.

Gracias a tod@s un año más.

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Por qué escribe usted?

Ayer iniciamos el Taller de Escritura Creativa y todo fue  muy bien, creo que  los asistentes  salieron contentos y yo también.

Hablamos del oficio de escribir, de por dónde empezar, de como organizarse, de la importancia de ser constante y disciplinado, y de muchas cosas más, porque en mi entusiasmo  casi les doy todo el curso en la primera sesión ¡jajaja!.

Después nos preguntamos por qué queremos escribir (la pregunta del millón), y les leí algunas de las respuestas que dan a esa pregunta más de doscientos escritores de todo el mundo recopiladas en un libro editado por Fuentetaja en 2001.

Hay motivaciones que son comunes a la mayoría de escritores y aquí os dejo unas cuantas que me han parecido significativas:

Escribir no es  una elección, es una forma de vida (Kobo Abe)

Para responder a una necesidad interior, a una vocación; aunque quisiera, me sería imposible no escribir (Jorge Amado)

Para mi escribir es una fatalidad, una fuerza natural. Felicidad y maldición.  (Reinaldo Arenas)
 
Me divierto escribiendo, me divierto mucho (Juan Benet)

Para no morir. Todo escritor es Sherezade (Héctor Bianciotti)

Escribo para responder a una urgencia, una necesidad interior (Jorge Luis Borges)

Para que me quieran más (Bryce Echenique)

Para aprender cosas que no sé (Italo Calvino)

No puedo imaginar vivir sin escribir. Es como respirar. Cuando me separo demasiado tiempo de mi máquina de escribir me siento culpable y desdichada (Nancy Cato)
 
Para no volverme loco (Jerome Charyn)

Escribir es como una droga. Si en ciertos momentos escribir crea una tensión insoportable, la depresión por no escribir es mucho peor (Bruce Chatwin)

La escritura representa una especie de catarsis personal (Paul Dakeyo)

Escribir lo que a uno se le pasa por la cabeza, embellecerlo y venderlo, es una forma muy agradable de ganarse la vida (Jean Patrick Donleavy)

Escribo para ser vagamente feliz. Me evito la molestia de ir al psicoanalista.  (José Benigno de Almeida)

Porque si no escribiese me hundiría en la desesperación. Porque es un vicio (Penélope Farmer)

Para realizar en la ficción un deseo que no se puede realizar en la realidad. Por el deseo, la necesidad de comunicar (Max Frisch)

 Escribo para que la vida merezca la pena, para hacer del mundo un lugar soportable (Helen Garner)

El impulso de escribir responde a un instinto innato (F. Gorenstein)

Mi amor a la vida es vacilante,  escribo para asegurar mi supervivencia (Jim Harrison)

Escribo para no estar solo, para sobrevivir (Meter Hartling)

Empecé a escribir para exteriorizar una emoción, para verla ordenada sobre el papel. Por divertirme. Después se convierte en una forma de vida, en una droga (Patricia Highsmith)

Escribía por la alegría de escribir, por esa euforia que, sin haber bebido, mostraba signos de ebriedad (Bohumil Hrabal)

Escribo  porque la existencia me ahoga (Lidia Jorge)

Nunca estoy menos sola que cuando estoy sola escribiendo, nunca estoy más viva que cuando escribo (Ana María Matute)

Escribir me salva de todo. Es una forma de vivir sin morir, de morir sin morir (Silvina Ocampo)

Por egoísmo, por parecer listo, por ser recordado después de muerto; por la belleza en las palabras y su acertada combinación (George Orwell)

Al escribir  arrojamos parte de nuestras angustias y nos vengamos de las frustraciones.(Arthur Pestana)

La escritura es salvadora, un dique contra la soledad. De todas las luchas, la que prefiero es la que libro con las palabras (Elena Poniatowska)

Para librarme de  obsesiones y sentimientos opresivos, para crear sin otro instrumento que las palabras, porque ante mi máquina de escribir me siento libre y poderoso (Julio Ramon Ribeyro)

Para escapar de la realidad (Robert Stone)

Por rebeldía, por desacato a la realidad (Mario Vargas Llosa)

¿Y tú? ¿Por qué escribes? 

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