martes, 22 de enero de 2013

नमस्ते Namasté

Todo llega. Mañana por la noche salimos para Katmandú. Estoy histérica, apenas duermo; que no me deje nada, que me acuerde de coger esto o lo otro, ¿qué ropa me llevo? ¿hará frío, hará calor? mira que eso está muy lejos, que es otro mundo, ¿me adaptaré? mi casa de repente me parece la más lujosa del mundo, ¿podré vivir sin mis pequeñas comodidades?  sé que allí las cosas serán muy distintas.

El viaje me espanta,  prácticamente dos días de aeropuerto en aeropuerto, de avión en avión, serán cuatro escalas: Barcelona-Roma, Roma-Estambul, Estambul-Dubai, Dubai-Katmandú...

Cuando llegue no sabré ni quién soy, pero se me llenarán los ojos de colores, de aromas, de sonrisas nuevas, de todo un mundo por descubrir.

Otra duda existencial: ¿me llevo libros en papel o en ebook? en ebook no pesan ni ocupan espacio pero hay que recargar la batería y allí hay muchos cortes de electricidad; en papel pesan y ocupan pero no necesitan pilas ¿dónde se ha visto que un libro necesite pilas? Mejor en papel. Mejor de los dos.

Libretas y bolis, por descontado.

Me llevo Una maestra en Katmandú, de Victoria Subirana (Vicki Sherpa), la de la película Katmandú, un espejo en el cielo. Ya he empezado a leerlo y me encanta, nada que ver con la peli. También me asustan las cosas que cuenta y saber lo que me encontraré allí.

Bueno, intentaré dar noticias de vez en cuando. Volveré en un mes o dos. Acordaos de mi de tanto en tanto.

 नमस्ते Namasté

viernes, 18 de enero de 2013

Últimas lecturas

Entre unas cosas y otras hace tiempo que no comento mis lecturas.

Después de la abominable Cincuenta sombras de Grey, mis neuronas se reconciliaron con el mundo  de las letras gracias a La caída de los gigantes, de Ken Follet. Primera parte de la trilogía Century cuyo segundo tomo, El invierno del mundo, ya se encuentra en las librerías mientras su autor sigue trabajando en el tercero.
Como ya nos tiene acostumbrados Follet, éste es un tocho de más de mil páginas (aquí sí se agradece la liviandad de un ereader) en el que se entrecruzan varias historias y sagas familiares a cuyos personajes seguimos a través del tiempo. Se inicia a principios del siglo XX y acaba con la finalización de la 1ª Guerra Mundial.
Pese a su volumen y el despliegue de personajes se lee bien y atrapa desde el principio. A mí me gusta mucho esa fórmula que utiliza Follet de contar la Historia (con mayúscula) de forma novelada.
Ya tengo "en cola" el segundo libro, a ver cuando puedo "incarle el ojo".

Acabé el año con un libro de viajes: Amanecer en el sudeste asiático, de Carmen Grau. Una barcelonesa que un buen día cogió la mochila y se pasó varios meses recorriendo Asia, y nos lo cuenta de una forma sencilla y amena, como si la tuviéramos  sentada en el salón de casa tomando un café.
Podéis encontrarla en Amazon, y creo que también en papel.

Y empecé 2013 con una lectura muy distinta: La isla de los pregones, de Marlene Moleon. Una historia dura sobre la realidad de los cubanos de La Habana desde los inicios de la revolución hasta nuestros días.

Ahora estoy leyendo El manuscrito, de Blanca Miosi, que se puede encontrar en ebook y en papel. Una novela muy entretenida y amena que estoy disfrutando mucho.
Espero terminarla antes de salir de viaje y llevarme El tango de la vieja guardia, de Perez Reverte.

¡Buen finde!

viernes, 11 de enero de 2013

Y van tres

Poco me podía imaginar cuando escribía Nunca fuimos a Katmandú que tres años después ya tendría tres libros publicados.

En aquellos momentos ni siquiera me atrevía a soñar con publicar el primero. Después, todo se precipitó y el sueño se hizo realidad. No voy a repetirnos la historia porque la conocéis de sobra.

Sin embargo, llegaron tiempos difíciles, todavía están aquí, y las cosas se complicaron. Las editoriales se replegaron y desde entonces duermen el sueño de la marmota a la espera de que el panorama se despeje y puedan ver por dónde van los tiros para mover ficha.

Pero los escritores no dormimos. Nuestra mente no descansa y nuestra pluma (o portátil) tampoco. La diferencia ahora es que nuestras obras no están condenadas a morir en un cajón junto a las cartas de rechazo de las editoriales ni nosotros nos vemos abocados al diván del psiquiatra para sobrellevar nuestra depresión. El siglo XXI,  ¡bendito sea!, ha puesto a nuestro alcance nuevos medios para llegar a los lectores sin la venia de un todopoderoso editor y/o agente literario.

Por supuesto, no todos alcanzaremos el éxito, probablemente, porque no todos lo merecemos, pero al menos tenemos una oportunidad.

Pese a la crisis que mantiene al mundo editorial paralizado, podemos seguir publicando y dando a conocer nuestras obras.

En mi caso, mientras esperaba una respuesta editorial que no llegaba, publiqué en verano mi libro de relatos Gatos por los tejados. Y harta de seguir esperando, acabo de publicar mi novela Habana Jazz Club tanto en papel como en ebook.

Puede que haya quemado un cartucho, como me han dicho, pero tengo más :) Ya vendrán tiempos mejores (esperemos). Entretanto, seguiremos adelante con los medios que tenemos a nuestro alcance.

¡Feliz finde!

domingo, 6 de enero de 2013

¡Feliz día de Reyes!

Yo, en la prehistoria
Espero que estéis todos muy felices disfrutando de vuestros regalos de Reyes y que, cuando menos, os hayan traído ilusión, alegría  y fuerza para seguir adelante, que buena falta nos hace a muchos.

Estoy convencida de que este 2013, aunque solo sea para llevar la contraria a los supersticiosos, va a ser mucho mejor que el año anterior, al que ya no quiero ni nombrar por obsoleto y chunguillo.

Para mí, como ya sabéis, el nuevo año no podía empezar mejor. Estoy muy ilusionada con el viaje al Nepal y cuento los días. Duermo poco; la excitación, los preparativos, ya son parte del viaje. Pero estoy feliz .


Portada de la edición impresa
Por otra parte,  mi novela, Habana Jazz Club ya está disponible en Amazon en su edición impresa. Así que los que seguís fieles al libro tradicional en papel ya podéis haceros con ella a un precio muy asequible (es la ventaja de las tiendas virtuales, que se pueden ajustar los precios). En un par de días os la envían a casa. Me encantaría recibir fotos vuestras con el libro para hacer un álbum, como hicimos con Nunca fuimos a Katmandú.

Os dejo aquí el enlace de Amazon: http://www.amazon.es/Habana-Jazz-Club-Lola-Marin%C3%A9/dp/1481833006/ref=sr_1_4?s=books&ie=UTF8&qid=1357465313&sr=1-4

Y a partir de mañana, todos de vuelta a la rutina habitual, a intentar cumplir los propósitos que nos hemos hecho para el nuevo año: ir al gimnasio, aprender inglés, dejar de fumar, y todas esas cosas que repetimos años tras año y nunca acabamos de cumplir del todo.

¡Feliz semana!

miércoles, 2 de enero de 2013

¡Nos vamos a Katmandú!

Lo que más me fascina de la vida es las vueltas que puede dar y las sorpresas que nos depara, si estamos dispuestos a recibirlas y aprovecharlas :) Dentro de muy poco ya no podré decir que Nunca fuimos a Katmandú, porque el 24 de enero me voy para allá con mi hijo.

Estaba deseando que empezara el año para soltar la bomba :). El 2013 empieza con una gran aventura, una experiencia única que será más rica todavía por poder compartirla con mi hijo. ¿Quién está más loco de los dos? Para qué vamos a discutirlo...

Todo empezó el año pasado cuando,  en un trabajo de voluntariado con el Banc del Temps del Raval de Barcelona, organicé un taller de conversación  ingles-español con un grupo de españoles y otro de emigrantes de diversos países asiáticos. La idea era que ellos practicaran español y nosotros inglés.

En el grupo estaba Dilip, director de una escuela para niños pobres en Nepal que, cuando se despidió para regresar a su país me invitó a visitarlo y quedarme un tiempo colaborando con la escuela.
Lo cierto es que cuando oigo hablar de viajes o veo un mapa se me activan todas las antenas: ¡aventura! Le dije que "a lo mejor", que "nunca se sabe...", pero él, que es un señor serio y no dice las cosas porque sí, me reiteró su invitación por correo  desde Katmandú en varias ocasiones.
Cada vez que leía un email suyo mi imaginación se desbocaba, me atraía la idea, pero también me asustaba, ¿qué me iba a encontrar allí? estoy acostumbrada a una vida más o menos cómoda y ya no me adapto a cualquier cosa. Era un proyecto atractivo, era una locura... de repente pensaba que sí, que adelane, al minuto siguiente, que para qué me iba a complicar... 

Un día se me ocurrió comentárselo a mi hijo y se entusiasmó de inmediato. Pensé que quizá sería bueno para él, que tal vez le ayudase a encontrarse a sí mismo, su camino en la vida. Escribí a Dilip y le dije que íbamos.

Yo estaré un par de meses, no puedo dejar por más tiempo mi casa y mis asuntos, pero Álvaro piensa quedarse de seis meses a un año. Viviremos en la escuela y aportaremos nuestro trabajo en lo que se necesite.

Cada día estoy más emocionada y no veo el momento de irnos :)
No sé cómo estará el tema de Internet por allí, pero trataré de ir dando noticias y, por supuesto, tomaré notas y haré fotos para escribir luego algún libro. Seguro que volveré inspirada y llena de ideas.

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