sábado, 29 de agosto de 2009

Septiembre


Hoy el día ha amanecido nublado en Barcelona , ha refrescado un poco y se agradece. Septiembre está a la vuelta de la esquina. Es el mes del año que más me gusta. Su propio nombre me resulta evocador: Septiembre...Es un mes lleno de promesas, como estrenar un cuaderno en blanco con la misma excitación de nuestros días escolares.

Es el momento de iniciar nuevos proyectos, de retomar los antiguos, de marcarse objetivos y de reencontrarse con un@ mism@ después del relajo veraniego.

El calor se va y los días se hacen cada vez más cortos. Llega el otoño, el tiempo de la melancolía, y a lo mejor te apetece escribir un poema a la orilla del mar, o iniciar aquella novela que se forjaba en tu mente mientras paseabas por el parque pisando las primeras hojas secas.

También las ciudades empiezan a llenarse de actividad (y de tráfico). Las agendas culturales vuelven a estar repletas de ofertas: presentaciones de libros, conferencias, cursos y talleres, estrenos de teatro, conciertos; las sempiternas ofertas de libros en los quioscos (dos por uno, oferta de lanzamiento) y cursos de idiomas que empezamos cada año y nunca somos capaces de terminar (¿qué nos pasa a los españoles con los idiomas?).


Os propongo que planifiqueis vuestro "año escolar", que elaboreis una lista con las cosas que quereis hacer y la coloqueis en un lugar visible, y cada vez que alcanceis un objetivo lo tacheis de la lista (eso es muy motivador).

Ánimo, que ya falta menos para el próximo verano.

martes, 25 de agosto de 2009

La nada cotidiana, de Zoé Valdés


"Ella viene de una isla que quiso construir el paraíso"

Así empieza y termina ésta novela de Zoé Valdés de apenas doscientas páginas, y sin embargo, intensa, descarnada, con un humor corrosivo y una ironía con la que trata de suavizar la crudeza del relato.

Yocandra, la protagonista, nació con la Revolución; el propio Che colocó una bandera cubana sobre el vientre de su madre cuando la trasladaban al hospital. Ella busca en la escritura la manera de escapar al vacío, a la nada cotidiana, a la frustración y las penurias que vive a diario por las calles de La Habana, a la pérdida de los amigos que han ido abandonando la isla; y sueña con un futuro mejor.

El lenguaje, puramente cubano, le da una gran frescura y espontaneidad al texto, aunque algunas palabras y expresiones desconocidas para los españoles (si no podemos consultar con un cubano) dificultan a veces la compresión, pero también provocan una especial ternura, un sentimiento de complicidad y solidaridad con el personaje.

Hay una apología del pene del novio de la protagonista que es impagable, pura poesía, aunque os resulte difícil imaginar que semejante parte de la anatomía masculina pueda ser poética, jeje...

En difinitiva, una novela entretenida y amena que se lee con facilidad y en pocos días, y deja un regusto agridulce.

Vosotr@s mism@s.

Besitos.

viernes, 21 de agosto de 2009

Tener una pasión


Los escritores somos seres afortunados. Y cuando digo escritores me refiero a quien puede vivir de escribir (doblemente afortunado), a quien sueña con poder hacerlo algún día, al que escribe como divertimento, porque disfruta inventando historias y personajes, o a quien busca consuelo en la escritura como desahogo, para ordenar sus ideas y aclararlas (magnifica terapia, por cierto).
Todo el que escribe es escritor. Y como decía al principio, los escritores somos afortunados porque tenemos una pasión. Como lo son los pintores, los músicos, cualquier artista que viva por y para su pasión, en la que encuentra la finalidad última, el sentido de su existencia.
Tener la capacidad de expresarse , de crear, en la forma que sea, es lo más grande que le puede ocurrir a un ser humano. Y diría incluso que es una necesidad universal, aunque muchos no llegan a encontrar nunca la manera de exteriorizarla, de desarrollarla.

Ese momento de intimidad, de soledad frente a la hoja en blanco, frente al lienzo, frente al pentagrama vacío, es algo único, sublime. Y cuando la creatividad fluye libremente, cuando empiezan a definirse los personajes, las historias, y todo cobra vida propia y sientes que sólo eres un instrumento de tu propia imaginación, eres Dios, eres un niño en posesión del más maravilloso de los juguetes.
Disfruta de ese momento, disfruta de tu juguete, y nunca dejes de jugar.

(Nota: efectos del calor sobre la debilidad de las neuronas, jeje...)

martes, 18 de agosto de 2009

¡Mañana "salgo" por la radio!



Pues eso, que mañana miércoles Juan Duque, de Luz de Gas, me hará una entrevista en el programa que dedica cada semana a los Premios 20 Blogs, en los que este año se me ocurrió inscribirme sin saber muy bien donde me metía, porque hay un ambientillo...

Mi intención al hacerlo era dar a conocer mi blog un poco más y conocer por mi parte otros blogs interesantes, y puedo decir que mi objetivo se ha cumplido en ese sentido. En ningún momento se me pasó siquiera por la cabeza que pudiera ganar nada, dada mi inexperiencia en esto de los blogs y que todavía no llevo ni un año, por eso, cada voto que he recibido ha sido una grata sorpresa para mi, y estar en el puesto 15º entre más de novecientos blogs, es más que satisfactorio.

Pero bueno, aquí de lo que se trata ahora es de comunicaros que no os perdáis la oportunidad de escuchar mi voz melodiosa, jejeje... y las tonterías que se me ocurra decir en vivo y en directo (¡Huy, que nerviossssss...!)

Así que ya sabéis: pasaos mañana a partir de las 18h por el blog de Juan, Luz de Gas y podréis seguir el programa en directo. "¡Oh,que pena! mañana a esa hora tengo dentista...!", "Vaya, justo mañana que he quedado con Maripuri para ir a la playa y me tiene que contar lo que le ha pasado a Piluca con el novio ..."
¡Que no cunda el pánico! Si mañana no podeis, tendréis el programa colgado en su blog para oírlo cuando querais.

Y aprovecho este post para dar las gracias al insigne Thiago que me ha concedido el Premio de Novela 2009 , nada menos, jeje, mi primer premio como escritora. Gracias, amor.

sábado, 15 de agosto de 2009

Viaje a Portugal (II)


La estación de Sao Bento de Oporto a la que acudimos para tomar el tren hacia Lisboa, aparece en todas las guias de viaje como uno de los lugares dignos de ser visitados, y motivos no le faltan: aparte de la fachada exterior, que es una belleza, las paredes del vestíbulo están recubiertas de azulejos que evocan distintas escenas de la historia de Portugal.
Si tuviera que definir Lisboa con una palabra diría "contraste"; claro que eso es porque me gusta meterme en todas partes y no limitarme a los lugares turísticos. En Lisboa hay partes muy bellas y bien cuidadas, barrios pintorescos como Alfama o Chiado, pero también hay suciedad y dejadez en zonas muy céntricas, y sobretodo, sorprende ver la gran cantidad de personas que sobreviven en la calle.
Es dificil elegir una imagen de Lisboa para poneros. Podría ser la típica del tranvía 28 que recorre los rincones más representativos de la ciudad; o quizás mi visita a Pessoa en A Brasileira, su café favorito, donde aguarda petrificado a los turistas para que se fotografíen con él; o tal vez la de la estatua de Camoes; alguna de las empinadas calles, la Torre de Belem, los famosos pasteis del mismo nombre, el monumento a los descubridores o el Castillo de San Jorge. Bueno, ya lo decidiré.
Después de Lisboa nos fuimos a Sintra, una población cercana famosa por su palacio que es como de cuento de hadas. Pero ofrece poco más, salvo un par de calles repletas de comercios y una tremenda explotación turística.
Disfrutamos mucho más de nuestra visita a Cascais, lugar playero por excelencia para los lisboetas que lo tienen a tiro de piedra. Me recordaba a cualquier pueblito de la Costa Brava, con calles peatonales y tranquilas calas, aunque con maravillosas casas de estilo colonial frente al mar en las que yo sería feliz escribiendo.
El Atlántico desde allí se ve infinito; comprendo que los portugueses tuvieran ese ansia de viajar y descubrir nuevas tierras; aquella inmensidad azul parece invitar a ello. Tanto nos entusiasmamos contemplándolo y haciendo fotos que llegamos andando hasta Estoril.
Por la noche tomábamos el avión de regreso a Barcelona. La aventura de Portugal había terminado.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Viaje a Portugal (I)

Con permiso de Saramago (o no) le copio el título de uno de sus libros para contaros mis aventuras por tierras lusas.

Llegamos a Oporto al atardecer y tras dejar las maletas en el hotel nos fuimos a tomar nuestro primer "vinho verde" al Café Majestic, un precioso local inaugurado en 1921 que fue punto de encuentro de escritores y artistas y ahora lo es de turistas. Se parece sorprendentemente al Café Paradís de uno de mis relatos, quizás es el café que siempre soñé.

Por la mañana, la visita obligada de nuestra agenda era la Librería Lello que no nos decepcionó en absoluto, aunque las fotos en interiores no nos salen muy bien.
De camino nos topamos con una "invasión" de estatuas realizadas con todo tipo de materiales que llenaban la Avenida dos aliados.

Tras la visita a la librería nos acercamos a la iglesia y la torre dos Clérigos, construidas en el siglo XVIII y que combinan armoniosamente barroco, rococó y neoclásico.

Por la tarde nos encaminamos al barrio de la Ribeira,
quizás el más representativo de Oporto, con sus laberínticas callejuelas y la ropa tendida en los balcones, hasta llegar a orillas del rio Duero. No podía faltar el paseo en barco y la visita a las bodegas para probar el dulce vino de Oporto. Buenísimo.

Al día siguiente decidimos ir a Aveiro, una localidad cercana a la que denominan "la Venecia de Portugal" por sus canales, puentes y góndolas que recuerdan a la ciudad italiana.

Oporto tiene el encanto de una ciudad de provincias con cierto aire marinero pese a que se asoma al Duero y no directamente al mar; los típicos azulejos pueden sorprenderte en cualquier esquina y sus cuestas ponen a prueba la forma física del más avezado turista. Sus gentes son amables y el idioma me parece precioso.

En la próxima entrega nos iremos a Lisboa.

lunes, 10 de agosto de 2009

¡Ya estoy aquí!


Todavía no me he recuperado del viaje, pero no he podido resistir la tentación de entrar en el blog y me ha hecho mucha ilusión encontrarme con vuestros comentarios y comprobar que seguís ahí.

Yo también me he acordado de vosotr@s estos días y me he dicho en más de una ocasión: "tengo que contarles esto", "les pondré esta foto", ¡vamos! como si fuerais de la familia ¡jajaja!

Como podéis imaginar, en mi equipaje no podía faltar un libro (sigo con el "Ulises" a cuestas), ni una libreta y un bolígrafo para escribir un diario de mi viaje en el que plasmar mis impresiones; y además, he tratado de no perderme nada que tuviera que ver con la literatura, como podréis comprobar en una próxima entrada en la que os contaré algunas cosas y colgaré unas fotillos.
"Tranquis", que no os daré la paliza como si de verdad fuerais de la familia, jeje...

Poco a poco iré poniéndome al día con vuestros blogs. A ver quienes siguen por aquí, al pie del cañón, y qué se cuece en la blogosfera.

De momento, saludos y besitos para tod@s.

Y visto el éxito que ha tenido Dulce Pontes, os dejo con "Canção do Mar", otro de sus preciosos temas y uno de mis favoritos.

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