martes, 28 de marzo de 2023

Cómo publicar una novela y no morir en el intento

 


Si esperábais que diera respuesta a la cuestión que planteo en el título, siento decepcionaros porque no la tengo. 

Mi intención, en todo caso, es hacer una reflexión con la que me aclare yo misma y, a partir de ahora, un seguimiento (para quien le pueda interesar) de todos los pasos que llevaré a cabo para intentar publicar mi nueva novela y no morir de desesperación en el proceso.

Llevo más de diez años publicando libros, diez obras en total, esta pretende ser la undécima. Y cada vez que llega este momento, el de "vender" mi trabajo, me siento tan perdida y desamparada como si fuera la primera vez.

Haciendo un poco de historia os diré que tuve la suerte de la novata con mi primera novela, Nunca fuimos a Katmandú, con la que encontré agente y editorial en un plazo muy breve de tiempo. Como con la editorial no había firmado la distribución en ebook a los dos años la publiqué en Amazon y la suerte siguió acompañándome, permaneciendo durante bastante tiempo en los primeros puestos del ranking.

Se me subió el "éxito" a la cabeza, lamento tener que admitirlo, y al ver que mi segunda novela, Habana
Jazz Club
, no encontraba editorial con la misma facilidad, decidí dejar la agencia y publicar por mi cuenta en Amazon (craso error del que me sigo arrepintiendo a día de hoy). Aún así, la novela funcionó muy bien y la propia editorial de Amazon me ofreció traducirla al inglés y al alemán, con lo que las ventas se multiplicaron durante un tiempo.

Me sentía la reina de Amazon y presenté mi novela El caparazón de la tortuga, al concurso que hace la plataforma cada año y quedé finalista, lo que también repercutió en buenas ventas.

Entretanto, publicaba también otros libros con editoriales convencionales para no encasillarme como "autoeditada".

Para entonces, Amazon se había convertido en la panacea de escritores que veían la posibilidad de publicar sus libros con facilidad y la plataforma empezó a convertirse en un pozo sin fondo en el que ya resultaba difícil destacar y por tanto vender. Mis siguientes novelas tuvieron una aceptación más discreta, aunque me salvaban las presentaciones públicas que hacía.


En plena pandemia publiqué un libro de viajes: Mis viajes por el mundo en un puñado de páginas" y una novela: Como un río que fluye, de los que no hice presentación por las razones que todos conocemos.

Ahora, una vez finalizada mi última novela, tengo claro que mi idilio con Amazon ha terminado y quiero publicar con una editorial convencional, lo que no es nada fácil según estoy comprobando, ya que la mayoría de editoriales no aceptan manuscritos no solicitados y con las agencias literarias ocurre exáctamente lo mismo.

Así que hago un llamamiento desde aquí a editoriales y agentes: ¡Leedme! ¡No os arrepentiréis!

Bromas aparte, estoy en ese proceso de bucear en Internet a la caza y captura de una editorial o agencia que me apoye y pueda ver pronto mi nueva novela publicada.

Os iré contando cómo me va en próximas entradas.

Deseádme suerte.



domingo, 19 de marzo de 2023

¿Qué es lo peor de ser escritor?

 


Supongo que cada quien, según su experiencia personal, tendrá una opinión distinta, pero creo que muchos coincidiremos en que la peor parte llega en el momento en que das tu trabajo por terminado (escribir tu novela) y te toca convertirte en vendedor ambulante para conseguir que alguna editorial te la publique.

Claro, eso no ocurre cuando eres un escritor reconocido, sea porque has publicado otros libros con éxito o porque eres futbolista, cantante, primo de un famoso y otras circunstancias similares...

Pero en mi caso, y pese a tener diez libros publicados, es lo que se me hace más cuesta arriba. 

Lo fácil es autopublicarse, algo muy respetable y cada uno tiene sus razones, pero a mi ya no me sirve porque si me fue bien durante algunos años, ahora ya no. Volvemos a lo mismo: o eres conocido, o te respalda una editorial o escribes en equipo o con IA lo que sabes que se va a vender. Pero eso, a mi entender, no es ser escritor. Ser escritor es amar escribir, desarrollar una historia, vivir con tus personajes todo el tiempo que sea necesario, dejarte las pestañas, las cervicales y el trasero durante horas y horas de trabajo sin ser consciente de lo que ocurre en el mundo real porque tú estás inmerso en el tuyo y ser feliz porque esa es tu pasión, no un negocio.

Llamádme romántica. Seguramente lo soy. Y por eso ahora me topo con la cruda realidad y, después de tres años dedicados a mi última novela me da mucha pereza volver a la realidad y lanzarme a la busca y captura de un agente o editor que valore mi trabajo cuando en mi mente ya bulle otra historia que quiere ser contada porque soy una escritora y mi trabajo es escribir, no venderme.

Tendré que hacerlo si no quiero que mi novela se quede arrinconada en un cajón durmiendo el sueño de los justos, pero es duro, muy duro.

En fin, desahogo dominguero ante el imperativo de sobrevivir en el mundo real. 

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