En los últimos tiempos, ya sea a través de Internet o en presentaciones de libros, he tenido oportunidad de conocer a muchos escritores. Y he podido comprobar que, como todos los creadores y artistas, tenemos un ego desmedido. Claro que si no lo tuviéramos, no nos atreveríamos a publicar nuestras obras, quizá, ni a escribirlas.
Cada uno de nosotros cree que es el mejor, que sin él (o ella) el mundo no podría seguir girando, o cuando menos, que la humanidad se vería privada de la obra de un genio.
Nadie piensa que si su obra es rechazada por una editorial o agencia es porque acaso sea mala o carezca de interés. Todos se sienten incomprendidos, tratados injustamente, o tachan a los profesionales que los rechazan de ignorantes. Pocos tienen la humildad de pensar que deben aprender y leer más antes de embarcarse en la aventura de escribir un libro; que deben revisar, corregir y pulir mil veces antes de dar una obra por acabada. Y que, aun entonces, deberían preguntarse si es tan buena que merece ver la luz.
El ego no es malo en sí mismo, al contrario, nos da autoconfianza, nos reafirma. Y es indudable que los artistas también necesitamos ese tipo de vitaminas. Porque igual que nos colgamos de una nube cuando nos alaban, nos hundimos en la miseria cuando nos denostan, ¿o no?
Amazon ha democratizado la publicación para todos los escritores, buenos o malos, con criterio o sin él. Pero el lector de ebooks es tan exigente como el del libro tradicional, o más. Él es quien hace la criba, quien respalda una novela o la deja hundirse en un pozo sin fondo, y también quien opina sin contemplaciones, porque es su derecho. Y esas opiniones, que a veces nos gustan y otras no, son una lección de humildad para los autores, para que no dejemos de tener los pies en la tierra.
Es cierto que somos unos privilegiados porque quizá tengamos un talento especial, porque nos dedicamos a una actividad que nos apasiona, pero eso no nos hace mejores ni superiores al resto de la humanidad.
Y, dicho esto, os dejo unas imágenes que son puro ego, jeje.
¡Buen finde y feliz semana!