domingo, 31 de julio de 2011

Escribir una nueva novela

Hace algunos días, empecé, casi sin darme cuenta, a escribir una nueva novela.
La empecé, como siempre: cuando tuve clara la primera frase.
Llevaba ya algún tiempo dándole vueltas a la historia y tomando notas, pero no quería ponerme a escribir porque sabía que en el momento en que lo hiciera me convertiría en su esclava; ya no podría pensar en otra cosa, sería mi prioridad y tendría que encerrarme y escribir cada día.

Pero cuando la primera frase empezó a repetirse insistentemente en mi cabeza tuve que sentarme a escribirla y, una vez abierto el grifo, el flujo ya es imparable. Los personajes se van definiendo y me cuentan su historia. Porque yo no escribo novelas. Me las cuento, o mejor, "ellos" me las cuentan.

Es como recibir de regalo una casita de muñecas, o esas recortables a las que les poníamos vestiditos ¿os acordáis, chicas? para los chicos sería como jugar con soldaditos, con coches,  con un imenso garaje como el que tenía mi hijo y con el que se pasaba horas jugando y hablando solo (contándose historias).
Sí, ya sé que son topicazos sexistas, pero, a ver quien es el guapo que me dice que de pequeño jugaba con muñecas y la guapa que confiesa haber jugado a las batallas...

A lo que iba. Yo me pasaba horas enteras ante la mesa camilla jugando con mis muñecas recortables. Tenía una caja de zapatos llena. Lo primero que hacía era ponerles un nombre, y después interactuaban unas con otras y vivían mil aventuras. Creo que así fue como empecé a "escribir".

Y empezar a escribir una novela es un poco eso: coger unos muñequitos, ponerles nombre y pasarse muchas horas jugando con ellos e inventándose las cosas que les pasan.

Estoy contenta con mi juguete nuevo ;)

Feliz semana.

martes, 26 de julio de 2011

Nueva biblioteca en el barrio

¡Cómo se nota ya que todo el mundo está con la mente y un pie (si no con los dos)  de vacaciones!
¡Esto está más parao que el país! Bueno, no hablemos de cosas tristes.

Hoy he descubierto una nueva biblioteca en mi barrio: la Agustí Centelles, que era un fotógrafo catalán dedicado al fotoperiodismo y que ganó el Premio Nacional de fotografía en 1984.

Creo que la abrieron en el mes de marzo, pero no me había enterado hasta ahora.
La biblioteca es espaciosa y moderna, aunque todavía le falta mucho material. Por ejemplo, Nunca fuimos a Katmandú :(

Bueno, siempre es una buena noticia que se abran nuevos espacios culturales, y la verdad es que en Barcelona no podemos quejarnos.

Estará abierta en agosto, cosa que no está nada mal, ya que la mía habitual la cierran y yo no me voy de vacaciones hasta septiembre :/  Me quedaré sola en Barcelona confundida entre la enorme masa de turistas que nos invaden...

Bueno, me dedicaré a escribir, que ya he empezado una nueva novela. Pero de eso hablaremos otro día.

Felices vacaciones a los que se van y paciencia a los que se quedan.

viernes, 22 de julio de 2011

Tertulia a la fresca con Care Santos

En las tertulias a la fresca que lleva organizando durante todo el mes de julio Catacultural ayer pudimos disfrutar de la compañía de la escritora Care Santos, cuya última novela, Habitaciones cerradas, se está convirtiendo en uno de los grandes éxitos del año.

Ya os hablaré de la novela cuando la lea. De momento puedo adelantaros que se encuentra entre el relato histórico y la narración de misterio, y retrata una saga familiar barcelonesa a caballo entre los siglos XIX y XX. Yo estoy deseando leerla.

Care Santos empezó a escribir a los 8 años y a los 14 ganó su primer premio literario; a los 25 vio publicada su primera novela y desde entonces lleva escritas seis novelas más, seis libros de relatos, dos poemarios y mucha literatura infantil y juvenil. Es una de las pioneras de la Agencia Sandra Bruna y hasta ayer, a pesar de ser compañeras de Agencia, solo la conocía del bailoteo que nos pegamos el día de la fiesta.

Ayer, en un ambiente mucho más relajado pude conocerla un poco más y machacarla a preguntas, jeje, que aunque es mucho más joven que yo, lleva toda su vida en este mundo de las letras de nuestros amores.

Todo cuanto nos comentó fue muy interesante, y destacaría sobre todo su sencillez, su cercanía, y esa humildad de la que muchos escritores deberíamos aprender, porque como ella dice: en el mundo literario nunca tienes nada seguro, cada nuevo libro es un volver a empezar (eso me suena de mi época de la farándula...¿por qué no se me ocurriría a mi lo de las tiendas Zara o algo así? :/ ).

En fin, que fue una tarde estupenda.

La semana próxima la "fresca" de la tertulia será una servidora de ustedes. Espero que todavía quede alguien por Barcelona...

domingo, 17 de julio de 2011

Actividad cultural desenfrenada

En la recta final del mes de julio, y con la desbandada general de agosto a la vuelta de la esquina, Barcelona está quemando sus últimos cartuchos en una oferta cultural desbordante.

¡No doy abasto!

Música clásica y jazz en los parques, teatro en los centros culturales, tertulias a la fresca, y las últimas presentaciones de libros.

Esta semana he asistido a un concierto de jazz en el parque de mi barrio: Son3; saxo, guitarra,  contrabajo y ¡una sierra!  ¿Os imaginais cómo se pueden arrancar melodías a una sierra? Pues ellos lo hacen.
Geniales, divertidos.

El viernes, para cambiar de registro (una come de todo), me fui al Parc de la Ciutadella para disfrutar de la ópera. Tuvieron el detalle de cantarme The flower duet, la banda original de mi novela, Nunca fuimos a Katmandú. Fue  una noche muy agradable.

Hoy toca teatro. Me voy a ver al gran Juan Echanove en Desaparecer, una obra basada en relatos de Edgar Allan Poe. Ya os contaré.

Y la semana que viene también estaremos a tope: más presentaciones, tertulias, conciertos...

Para cerrar este mes vertiginoso, yo misma y mi novela, Nunca fuimos a Katmandú, seremos protagonistas, el día 28, de la tertulia a la fresca de Catacultural, empresa de ocio y cultura cuya alma es Esther Iracheta, una mujer impagable.Seguiremos hablando de ella y de sus proyectos.

Y en septiembre, volveremos al ataquerrrrr con muuuuuchos proyectos más.

martes, 12 de julio de 2011

Pablo Neruda

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, seudónimo que adoptó porque a su padre no le hacía ninguna gracia tener un hijo poeta, nació en Chile el 12 de julio de 1904.
Poeta y militante del Partido Comunista de Chile, ganó el Premio Nobel en 1971, y es considerado uno de los más grandes poetas del siglo XX.

A los veinte años publicó su famoso poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada, un libro que conservo con especial cariño y que tiene algo que ver con que mi hijo esté en este mundo...

Durante la guerra civil española, muy afectado por la muerte de su amigo García Lorca y comprometido con el partido republicano,  escribió España en el corazón.

Fue cónsul en París y en México, país este último donde publicó su Canto General. Años después, el exilio lo llevó de nuevo a París y vivió también en Capri y Napoles. Hasta que en 1952 pudo regresar a Chile y escribió, entre otros, Los versos del capitán. Con el gobierno de Allende regreso a París como Embajador, cargo al que renunció en 1973 por problemas de salud y regresó a su país, donde murió el 23 de septiembre.

Siendo muy jovencita leí su autobiografía, Confieso que he vividoy me entusiasmó, creo que en ella descubrí el primer atisbo de lo maravillosa y fascinante que puede ser la vida de un escritor.
Hoy he ido a la biblioteca y no he podido resistir la tentación de llevármela. Me apetece leerla otra vez con la perspectiva de los años y ahora que somos colegas, jeje...¡Quien me lo iba a decir!

jueves, 7 de julio de 2011

Escribir como terapia

Escribir no es una prerrogativa exclusiva de los escritores. Cualquier persona capaz de juntar algunas palabras en una frase dotada de sentido puede hacerlo, no porque nadie tenga que darle permiso, sino porque está en su derecho.
Y eso es algo que, quien más quien menos, tod@s hemos hecho alguna vez. "¿Quien no escribió un poema huyendo de la soledad...?", cantaba Cecilia (¡qué tiempos!), ¿quien no ha escrito un diario es su adolescencia? pregunto yo.
Tod@s, en algún momento de nuestra vida hemos sentido la necesidad de volcar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras inquietudes en un papel. Y eso, se me ocurre a mi, es un resorte, consciente o no, de supervivencia. Es decir, una forma de autoterapia que nos sale de dentro sin que nadie nos la recomiende.
Hoy en día sí se recomienda, ahora es bien sabido que escribir es un desahogo, que reduce el estrés, que nos ayuda a ordenar nuestros pensamientos, y a veces, incluso a encontrar solución a nuestros problemas por el mero hecho de expresarlos, de materializarlos en un papel.
¿Qué hacemos aquí, escribiendo un blog? Pues lo mismo: expresarnos, compartir, sentirnos apoyados (o no). ¡Y encima gratis! ¡Con lo cara que sale un terapia!
Y si hablamos de escritores, podríamos decir que tenemos la salud mental asegurada (más o menos...). Aquí os dejo algunos ejemplos:

"La literatura es la defensa ante las ofensas de la vida", decía Cesare Pavese.

"Escribir es una manera de exorzizar los demonios que llevamos dentro", según Vargas Llosa.

"Escribir guiones para mis películas forma parte de mis terapias para superar depresiones, ansiedades y neurosis", declara Woody Allen, muy aficionado él al psicoanálisis, como es bien sabido.

"Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía inherente a la condición humana", declaraba Graham Greene.

Así que, ¡escribid, escribid, maldit@s!

domingo, 3 de julio de 2011

Frida, la película

Hace unos días volví a emocionarme con  esta magnífica película que narra la vida de la pintora mejicana Frida Kalho y que tanto me impactó la primera vez que la vi.

La película, basada en la biografía escrita por Jayden Herrera y dirigida por Julie Taymor en el año 2002, recibió seis nominaciones a los oscars, de los que obtuvo finalmente  dos.

Protagonizada por Salma Hayet, en el papel de Frida, y Alfred Molina como Diego Rivera, retrata la tormentosa y no obstante duradera relación de la pareja, el dolor físico con el que la pintora tuvo que convivir   durante toda su vida como consecuencia del terrible accidente que sufrió siendo apenas una niña, su afán de superación de las limitaciones físicas, y su autoexigencia en el terreno artístico.

Mujer de fuerte carácter, pasional y audaz, tanto en el arte como en la vida, tuvo escarceos amorosos con varias mujeres y un breve romance con el mismísimo León Trotsky, al que acogió en su casa durante un tiempo.

La película, realizada, a mi entender, con sensibilidad y buen gusto, es una arriesgada apuesta visual y estética, como queriendo hacer incapié en el estilo surrealista de la pintora, y enlaza vida y obra con imágenes de un gran colorido que nos llevan de la narración biográfica a los cuadros más significativos de la artista y vivecersa.

El México más pintoresco y la música (con una emotiva intervención de Chavela Vargas) también tienen cabida en la cinta.

Probablemente, una de mis películas favoritas.

¡Feliz semana!

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